viernes, 30 de julio de 2010

Quien la sigue la consigue - Burda edition

Hoy al salir del trabajo me he pasado por la tienda de telas que hay cerca de mi casa para comprar por fín algunas cosillas que necesito para terminar mis UFO's como cremalleras e hilos. Andaba yo muy orgullosa porque había ido a por un par de cosas concretas y he salido de la tienda con estrictamente lo necesario, nada de ofertitas de telas a 2.50€ que me llaman como cantos de sirena. Bueno, sí que las he visto, pero no he visto ninguna tela que me entusiasmara y en un arrebato de frugalidad propio de los tiempos de crisis en los que vivimos, he salido con la cabeza muy alta pensando "¡Ja! ¡Esta vez no he caido en la tentación!"
En vez de irme directa a casa, no se me ocurre otra cosa que meterme en la librería de al lado, la de segunda mano. Es casi un ritual de los viernes por la tarde, primero los retales y después los libros. Siempre entro buscando algún libro de cocina de Nigella Lawson o algún libro de costura antiguo, pero lo habitual es que salga con las manos vacías. Excepto hoy, que he visto lo que he visto y por poco me pongo a dar saltos en la tienda.
¡Alguien ha decidido deshacerse de su colección de Burdas! Como diría Violeta Parra doy gracias a la vida que me ha dado tanto. Por cuatro duros me he hecho con 9 Burdas que van desde 09/2007 hasta el 03/2010. No me lo puedo creer, sobredosis de patrones.
Por otro lado, mis pruebas con el vestido 117 del Burda 05-2009 no están siendo un éxito. Había leído en Pattern review que este patrón iba estrechito y que más vale sacar una talla más, sobre todo en la falda. Como yo estoy entre la 36 y 38 en Burda pensé, mejor saco la 38 y listos. Pero no, cuando he hecho el cuerpo del vestido en lienzo queda claro que me queda demasiado holguero, me sobran dos dedos en cada costado. La falda sí que la dejaré como está, ahí necesito mis centímetros de más para poder sentarme sin reventar costuras. Objetivo para el fín de semana : acabar el vestido vintage y éste.

miércoles, 28 de julio de 2010

Utilidad vs Frivolidad en la costura

Este tema me mantiene ocupada, estas ideas revolotean en mi cabeza como mariposillas.
A la hora de empezar un proyecto nuevo siempre surge la duda: ¿Qué quiero coser? Si voy a dedicarle unas cuantas horas a la semana, y dado que soy muy lenta cosiendo, tendrá que ser algo que me entusiasme. Esto no significa per se algo ponible, útil, de mucho uso o peor todavía: normal. No, yo soy de gustos extravagantes, me gusta hacerme una chaqueta naranja, un mono ancho, un mono corto, un vestido vintage, las telas de Ikea, las moñas rojas, pero ... ¿me pondré esta ropa? Si, puede que quede satisfecha con el resultado, después de dedicarle horas de mi vida, pero de qué sirve si se va a quedar colgando en el armario para siempre.
Mi actitud respecto a la moda y estilo es una pura dicotomía:
- Por un lado no hay cosa que me guste más que pasar desapercibida, ser gris, no atraer la atención sobre mí. A esta parte de mí le gusta observar a los demás sin ser observada. Cuando te hacen la pregunta ¿qué superpoder te gustaría poseer? la respuesta es claramente ser invisible. En términos de moda esto se traduce en un uniforme laboral que se compone de pantalones oscuros, camisas blancas y jerseys de cuello alto negros. Los tengo a montones, rotan por mi armario contínuamente, son intercambiables, indistinguibles. Cuando antes iba de compras (ahora no voy tanto) siempre tenía la sensación de comprar la misma prenda una y otra vez, ir a lo seguro, ser un aburrimiento.
- Por otro lado, me gusta la moda, me gusta sin apología. Los colores, formas, acabados, texturas, etc. Si una prenda me parece extraordinaria me puedo pasar un buen rato en la tienda mirándola y fijándome en los detalles. El rojo es uno de mis colores favoritos y no es precisamente discreto. Esta es la parte de mí que compra un vestido morado con un escote que me llega al ombligo (no me lo he puesto nunca), un vestido largo marrón de gala (languidece en mi armario desde hace 10 años), etc, etc. Ahora mismo cada nueva prenda que coso corre el peligro de terminar en esta lista ya de por sí demasiado larga.
La atracción hacia la excentricidad no tiene que ver con el exhibicionismo. De hecho, si pudiera salir como un pavo real a la calle y ser invisible sin duda lo haría. Pero no es así, si salgo con una chaqueta naranja hecha con una tela de Ikea estoy segura de que voy a recibir ciertas miradas en la calle, con lo cual no me la pongo. Con lo cual vuelvo al principio, al origen de esta duda que me asalta constantemente ¿debería coser este vestido o n0?

martes, 27 de julio de 2010

UFOs y estrategias ante los fracasos costureros

Por cada proyecto terminado hay unos cuantos a medias. Ya he hablado de estos UFO's anteriormente, no es nada nuevo. En principio hay tres razones por las que un proyecto se queda, temporal o definitivamente, sin terminar:
- Me falta algún material (cremalleras, cinta bies, entretela) y tengo que esperar al sábado para ir de compras.
Este vestido es una reedición de un patrón de 1945, de la colección Vintage Vogue, modelo V1136. Está casi terminado, pero le falta el dobladillo (porque después de coser un domingo entero casi sin interrupciones ya estaba tarumba) y la cremallera lateral porque soy torpe y compré una de 22 cm en vez de 35cm. En teoría el fín de semana que viene podría estar listo. Más detalles sobre el vestido en el próximo post (espero).
- No domino la técnica y necesito ayuda materna al teléfono para seguir. O bien la máquina de coser no coopera y se niega a hacer ojales.

Esta camisa es el patrón 102 del Burda 04/2010 y lleva así colgada casi un mes, sinceramente no sé qué hacer con ella. Despues de intentarlo varias veces con retales y entretelas he llegado a la conclusión de que no soy yo la torpe sino que es mi máquina la que no hace bien los ojales. ¿Alguien me puede prestar una máquina para terminar mi camisa? También puedo ir a un "café costurero" que es una especie de taller donde se alquilan máquinas de coser por horas, pero ahora mismo están cerrados por vacaciones. *hpmfff* - Lo tengo todo, pero llega un momento en el que me doy cuenta que no me gusta el patrón, la tela o lo que sea y sé seguro que no me lo voy a poner. Las dudas pesan más que las certidumbres y me encuentro en la disyuntiva:

  • Sigo adelante en plan "hay que terminar lo que se empieza". En teoría esto es lo que debería hacer, pero llega un momento en la vida costurera, como con las películas y los libros, en la que te das cuenta que el tiempo es oro y que hay que elegir. Terminar una prenda por terminarla, sabiendo que no se la va a poner nadie, NO es una posibilidad real.
  • Lo dejo a un lado un tiempo para ganar perspectiva y reevaluarlo objetivamente y no en el calor del cabreo. Si el proyecto es remotamente "salvable" la opción es tomarse un KitKat y volver a él más adelante, sea en un par de días o de meses. El tiempo pone todo en su lugar.
  • Me deshago de él lo antes posible y empiezo enseguida el siguiente proyecto para quitarme el mal sabor de boca. Esto es lo que me dice mi instinto la mayoría de las veces, pero resisto el impulso de tirar los desastres y vuelvo a la casilla 2.

El proyecto que tengo en esta fase es el Butterick B4849, a falta de poner mangas, cremallera y dobladillo. No es culpa del patrón, que me encanta, sino de la tela. La tela es brrrr. Es un poliéster malísimo de a 1.50€ el metro que da dentera sólo con tocarlo y encima huele raro, raro, raro. Lo compré porque pensé, quizás puedo usarlo para hacer pruebas, no tengo por qué ponérmelo. Por otro lado, sí que me veo a mí pispa con este vestido, con un jersey de cuello alto negro debajo y unas botas de invierno. De hecho, los vestidos a los que les tengo más tirria son los que me pongo con más frecuencia, mi mente funciona así. ¿Qué hago, lo dejo estar o sigo adelante? El patrón se merece una tela mejor, desde luego. *doble hpmfff*

El camisón que quiso ser vestido

Yo y mis uñas chimichurri, un color frambuesa precioso. Es de la marca Beyu y es un color sólido, nada de brillos ni nacarados.
Al grano, este vestido amarillo es un "proyecto" bizantino de los míos, a saber: experimentar con patrones, modificándolos para reproducir un vestido comprado en tienda. Hace unos años me compré en Mexx este vestido, con estampado africano y cinturón ancho hecho de la misma tela.
El vestido es fresquito para el verano, ideal para las vacaciones. En esos días de calor húmedo viene muy bien tener una prenda un poco ancha que no se pegue al cuerpo más de lo necesario. Como le doy tanto uso, pensé que no sería mala idea intentar reproducirlo con una tela amarilla finísima de las de 2.50€ el metro. Finalmente he hecho un vestido que me voy a poner para ir a la oficina y para el fin de semana. He sacado el patrón de la revista Patrones 292 (modelo 8), que es lo más parecido a lo que buscaba. El patrón ha sido modificado de arriba a abajo, cualquier parecido con el original es pura coincidencia. Para empezar el mío es sin mangas, sin cinturilla elástica en la cadera y los pliegues no van cosidos hasta abajo sino sólo pillados en el escote. El original también tenía un cuello a la caja y los hombros más anchos. Lo llamo el "camisón que quiso ser vestido" porque eso es lo que me pareció cuando me lo probé por primera vez, sin cinturón. Esta soy yo diciendo: ¡no me puedo creer que haya modificado el patrón yo sola! Como la tela es bastante transparente este vestido hay que llevarlo con una combinación debajo. Me encanta el concepto "combinación" ya sea de cuerpo entero o sólo falda. Lo malo es que no hay variedad en tallas pequeñas, por lo menos yo sólo las encuentro en tallas de XL en adelante. Habrá que hacerse unas enaguas dentro de poco. El cinturón está hecho con una tira anchota de tela doblada por la mitad y cosida, no tiene misterio. Et voilà! Lista para irme de paseo a la heladería o donde se tercie. Mi corazón late al compás, cuando te veo en el autobús ....

viernes, 16 de julio de 2010

Frankenpatterns - Una experiencia

Esta soy yo pensando muy seriamente sobre mi próximo proyecto costurero ... En el argot costurero-internauta un Frankenpattern es un patrón frankenstein, es decir, hecho con piezas de distintos patrones para obtener un resultado único. ¿Que el cuerpo del vestido es monísimo pero las mangas un horror? Pues sacas las mangas de otro patrón y listo. Este tipo de adaptaciones de patrones es relativamente fácil si se sabe lo que se hace y/o uno tiene paciencia y ganas de echarle horas al proyecto. Yo no tengo ni lo uno ni lo otro pero tengo bastante intuición, me puedo imaginar visualmente no sólo el diseño ya terminado sino también las piezas de patrones que necesito para alcanzar el resultado. De hecho, el patronaje es mi parte favorita de la costura. Al grano, el patrón base de este mono está sacado del M6083 de McCalls, que llevaba un par de meses en la lista de espera. Después del episodio del Mono de la Discordia no me veía con ánimos para empezar otro mono, pero despues de ver algunas versiones aquí y aquí, me he convencido de que es "ponible" y no otra extravagancia de las mías. La tela es un poliéster de calidad ínfima comprado en el mercadillo a 1.50€ el metro. El fondo es negro, los lunares son blancos y la tela es muy transparente. Al principio había pensado hacer la versión D que le da un aire retro, pero la tela no lleva nada de stretch y me daba que iba a dar problemas al ponérmelo y quitármelo. La versión A no me convencía sobre todo en la parte de delante, con ese escote elástico que abarata el diseño y parece sacado de un catálogo Venca del año 81. ¿Qué hago con el escote? Me pongo a darle vueltas, porque ya me lo imagino con unas sandalias de cuña, un cinturón rojo con moña y una flor roja en el pelo, en plan pin-up. Y en eso que mis ojos caen en este patrón que acaba de entrar por mi buzón: Efectivamente, el McCalls M4444, un horror de Laura Ashley, ñoño al máximo pero cuyo escote me encanta. A partir de aquí empiezan las decisiones importantes: todo el modelo basado en el M6083, menos la parte delantera que lo saco del M444. Ummm ... pero si lo saco del M444 no me va a casar con la cinturilla elástica. ¿Y si al patrón delantero sólo le modifico la línea del escote y el resto lo dejo igual? Después de un par de experimentos creo que me ha salido como yo quería, aunque la tirita del medio (la que de hecho da forma al escote) todavía no la he puesto y no se si lo voy a hacer. Si, ya sé que esa era precisamente la gracia del escote, todo llegará. Hay otro bonito reto que me pongo a mí misma, porque si puedo hacerlo difícil para qué lo voy a hacer fácil. Como la tela es un papel de fumar, si hago este patrón con la tela sencilla (lo normal, una capa de tela) ya me puedo olvidar de ponérmelo en otro sitio que no sea estríctamente la playa. Y para eso me hago un pareo, no un mono pantalón. Solución: cortar todo doble, literalmente, en plan "flat lining". Esta técnica se usa cuando se cose una prenda y tanto la tela exterior como el forro se cortan y cosen a la vez, como si fuera una. Coser de esta manera no es en realidad difícil, en una costura normal coses 4 capas a la vez, pero al ser la tela tan fina ni lo notas. No, lo difícil es cuando coses con una tela que casi, casi es lo mismo del derecho y del revés (casi, pero no igual) y encima lo haces de noche con mala luz. ¡Malas ideas! Por suerte no tuve que descoser nada, pero a punto estuve un par de veces de coser por donde no debía. Una cosa que me encanta de este patrón son los bolsillos laterales, interiores y no de parche. Y lo que no me gusta es olvidarme de la entretela en la tira del escote y que ahora se ha quedado floja de más. En fin, de todo se aprende. En cuanto tenga un ratito para hacerme un cinturón rojo de moña como se ve en este tutorial y buscar por algún sitio cómo hacer una flor/moña para el pelo, estaré lista para irme al parque, playa, con la bici o de paseo. ¡Hurra! Este es el baile de la victoria - ¡he vencido al maldito fotoshop!

lunes, 5 de julio de 2010

El reto de Septiembre me estresa

Desde que me he apuntado al Reto de Septiembre (vamos a llamarlo así) estoy un poco estresada con la costura. La idea es tener suficiente ropa hecha por tí en el armario para vestir los 30 días de Septiembre. Lo ideal es que sea 100% hecho a mano (retal, patrón, máquina de coser) aunque puedes hacer una versión light (accesorios, ropa de segunda mano modificada sustancialmente). Mi problema con este reto son dos: Uno, que he empezado a coser en Abril y una mujer con sólo dos manos y un trabajo a tiempo completo tiene limitaciones. Voy a toda castaña (ya he terminado 2 prendas más desde las bermudas y otro vestido a la mitad) pero no paso de 1 ó 1 y 1/2 prendas por semana. Dos, que las 2 primeras semanas de Septiembre estoy en un clima cálido, asi que bien porque lo que llevo hecho por ahora es veraniego pero mal porque en vacaciones no se cose. Pero oh pero, las 2 útimas semanas vuelvo a Holanda y para esa fecha ya se ha metido el frío, hace un tiempo desapacible y me voy a reir un rato intentando coser como las locas un par de prendas de otoño-invierno. Inventario de lo hecho hasta ahora: 10 prendas veraniegas (primera quincenta cubierta). De éstas, tengo 3 que puedo vestir en el trabajo e incluso si la temperatura baja a 15 grados (segunda quincena mal - hay que ponerse a planificar el vestuario de otoño YA!).
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