jueves, 7 de abril de 2011

MMM11 - Conclusiones

**See previous post for conclusions in English**

¿Para qué esperar a enero si se puede empezar una vida nueva en Abril? Hay muchas movidas a nivel personal que no voy a compartir aquí, pero digamos que mi casa está en venta y a mis treinta y tantos años estoy a punto de entrar en una nueva fase*.

Pero al grano, las conclusiones del MMM11. Habréis notado por el tono de los últimos posts que he terminado un poco estresada, puede parecer que no me ha gustado participar, pero realmente no es así. Vamos por partes, primero lo positivo:

- Coso según mi gusto y mi libre albedrío. Mi guardarropa hecho a mano es poco práctico, excéntrico y totalmente inadecuado a mi vida diaria. La costura utilitaria me aburre mortalmente y no estoy por la labor (chiste malo del día). Conclusión: debería adaptar mi vida a mi ropa y no al revés.

- En este año que llevo cosiendo he pasado de hacer, hmm, prendas de las cuales prefiero no acordarme a hacer cosas mas que decentes, técnicamente hablando, incluso estéticamente interesantes (categoría “vestidos que empiezan una conversación” – esto dicho literalmente porque me ha pasado unas cuantas veces este mes). Conclusión: el año que viene por estas fechas espero haber aprendido muchas más técnicas, habré dominado la overlock y quien sabe si tendré un blazer de cuatro estrellitas del Burda. Aunque con terminar de una puñetera vez ciertas prendas inmencionables me conformaría.

- La limitación obliga a usar la imaginación. El número de prendas ha sido exactamente 14 y ha sido todo un reto vestirme por las mañanas intentando dar un nuevo twist a este vestido o al otro. Cinturones, medias, zapatos, sin los accesorios no lo habría logrado.

Y las menos postivas:

- No tiene nada que ver con la costura sino con una cuestion mental – la mencionada limitación de vestuario me da yuyu. Acostumbrada a tener un armario (o dos) llenísimo a mi disposición, tener que pasar un mes con sólo 14 prendas ha sido casi, casi un trauma. Y para más inri, yo sigo blogs como Cargo Cult Craft y The wardrobe reimaged, muchachas que se han autoimpuesto durante un año el racionamiento de ropa que tuvieron que seguir las mujeres en Gran Bretaña durante la Segunda Guerra Mundial. No sólo admiro profundamente a estas mujeres, sino que ahora mismo sé que sería absolutamente imposible que yo voluntariamente me impusiera semejante austeridad. ¡PERO! Tal y como está el mundo y sin entrar en consparanoias del 2012 ¿y si mañana nos vemos en esa situación de verdad? Estas cosas me mantienen despierta por las noches. Conclusión: los últimos días se me han hecho muy cuesta arriba por estar obligada a vestir ciertas prendas predeterminadas y no lo que me hubiera apetecido llevar. Viéndolo positivamente, soy una privilegiada y nunca más volveré a decir “no tengo qué ponerme” (a ver, nunca-nunca, tampoco, pero sí siendo consciente de que no es verdad).

- No, el punto anterior no es exactamente correcto. ¡Lavar a mano es lo peor! Lo siento mucho, pero no me atrevo a meter mi ropa en la lavadora. A ver si en una hora se va a estropear lo que me ha costado hacer días. Por otro lado, tener que lavar a diario los vestidos tiene tela marinera.

Seguramente habrá más conclusiones, pero ahora mismo estoy poco centrada y puede que este blog se resienta un poco. Por ejemplo, hay un vestido terminado desde hace dos semanas y lleva colgado esperando su turno. Puede que espere unos días más, ya puestos.

*A buen entendedor pocas palabras bastan.

5 comentarios:

  1. Espero que todo salga bien en lo personal. Ánimo.

    A mi me han gustado muchos de tus vestidos; otros no tanto; y éstos últimos creo que tuvo la culpa la elección de los tejidos.

    En cuanto a lo de estar en plan "racionamiento" post guerra de ese grupo que comentas, me parece que a esas chicas se les ha ido un poco la pinza...En caso de que nos viéramos en una situación similar, siempre tendría mi ropero lleno de ropa que me duraría años; por muy pobre que me volviera.
    La gente de aquellos años no tenía que ponerse y encima, con la guerra, se agravó todavía más la situación.
    Te comento que mi madre tuvo su primer par de alpargatas (que no zapatos) con 9 años.
    Sólo las usaban para ir los domingos a la iglesia. Vivían retirados del pueblo por lo que, iban descalzos hasta la entrada y, una vez allí, se lavaban los pies en una fuente y se ponían los zapatos. Cuando terminaba la misa, a la salida del pueblo se los volvían a quitar. Si le cuento a mi madre lo de ese grupo,seguro que dice que esas frívolas no saben lo que es pasar necesidades.
    Y, mi niña, la ropa se puede lavar en lavadora, si no fuera así, nadie cosería.

    Besos

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  2. estoy de acuerdo con todo lo que te ha puesto Monica en el comentario anterior, pero sobre todo con lo de la LAVADORA, tranquila la ropa no se te va a deshacer!!!!. un abrazo. olga

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  3. Bueno, eso de que no se deshace es muy relativo. Con ciertas telas resistentes y/o de calidad sí, pero algunos de los vestidos ya empiezan a medio deshacerse. Por ejemplo, el de la terlenca, que sólo lo he lavado a mano, la tela se está empezando a estropear.

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  4. El tema racionamiento da para un post por sí solo. De todas maneras, no creo que es tanto una glamorización de la pobreza sino mas bien una rebelión contra el consumismo desaforado y en ese sentido sí me parece bastante interesante. Esto lo dice alguien que compra patrones por docenas, quizás tenga que poner el monedero a dieta yo también.

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  5. Hace como años luz que te debo este comentario pero es que la referencia a Abba me ha dejado pillada... para mi la costura es mi mundo paralelo y en mis ratitos de blogs no hay víctimas ni necesidad de encontrarse a uno mismo ni nada de eso. Superficialidad pura y dura.
    Confío en que volverás a estar en plena forma y si, por lo que sea necesitas ánimos, ahí van los míos. Buena suerte.
    María

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